Hasta abril del 2020 se puede visitar la nueva exposición que propone el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ‘TIEMPOS CONVULSOS. Historias y microhistorias en la colección del IVAM’. Para saber más detalles del día a día de esta entidad y, en especial, de esta muestra, hemos hablado con su director y comisario a su vez de la exposición, José Miguel García Cortés.
Como comisario de ‘Tiempos Convulsos’, ¿qué se van a encontrar los visitantes de esta exposición? Esta es una gran exposición con más de 300 obras repartidas en casi 2.000 metros cuadrados que recoge la creación artística de un conjunto de artistas, desde los años treinta del siglo XX hasta ahora mismo, preocupados por que el arte aporte una visión crítica de su espacio y de su tiempo. Artistas que con muy diversas técnicas artísticas nos hablan de la Historia (en mayúsculas) y de las microhistorias (de las pequeñas historias) que conforman nuestra vida cotidiana y que nos ayudan a cambiarla.
¿Qué se quiere mostrar a través de esta muestra? El deseo fundamental es comprobar como con un cómic, un cuadro, un vídeo o unas esculturas, artistas de muy diferentes países y generaciones nos alertan acerca de problemáticas que no podemos obviar. Temas como la memoria social o personal, la violencia institucional o familiar, el papel de la sociedad de consumo, la importancia del feminismo y de la batalla de los géneros o, la realidad de la migración y la diáspora en nuestras sociedades, ocupan las diez salas y nos envían muy diferentes mensajes que los/las espectadoras tienen que analizar, cuestionar y, también, disfrutar.
Para aquellos que desconozcan el papel de un comisario ¿cuáles son las funciones de los comisarios en una exposición como esta? Básicamente su función se centra en varios aspectos fundamentales: primero, trabar una buena historia, yo siempre he dicho que lo que más me gusta es contar diferentes historias; segundo, ver cuáles son los artistas y las obras de esos artistas que mejor pueden ayudarnos a entender lo que queremos decir; tercero, organizar lo que podríamos denominar la puesta en escena de las obras seleccionadas (una exposición tiene que ser un paseo placentero donde los sentidos y el conocimiento se amplíen); cuarto, poner los medios para que las personas que la visiten tengan las claves, las pistas, que les permitan entender el proyecto; quinto, organizar el catálogo; sexto, relacionarse con la prensa especialista y generalista para que ayuden a difundirlo; séptimo,….
¿Qué supone para el IVAM poder exponer una muestra como esta? Es un gran reto y una gran ocasión. Un reto que demuestre la capacidad del IVAM de organizar una gran exposición en los dos sentidos del término: grande de tamaño y, sobre todo, amplia de contenido. Una ocasión para mostrar la riqueza de nuestros fondos, demostrar la importancia de la colección del museo, evidenciar el gran número de obras fundamentales que poseemos y cómo las organizamos en un discurso bien trabado que aporta elementos de disfrute y discusión.
Y como director de esta entidad que cumple 30 años, ¿cómo ha visto evolucionar el contenido de esta institución? ¿Y la evolución de los visitantes? El IVAM, como todos los museos del mundo, ha tenido días mejores y peores. Yo creo que ahora estamos en un momento fantástico, tenemos un gran proyecto artístico que nos da personalidad y evidencia una línea particular que nos aleja de la homogenización cultural que prima en el mundo. Para ver determinados artistas y visitar determinados proyectos hay que venir al IVAM, pues tan sólo se pueden ver aquí. Incrementar el número de visitantes es una parte del proyecto de un museo, pero ni la más importante ni la más significativa. Las grandes obras de arte, libros, películas u obras de teatro no han sido, a lo largo de la historia, ni las más visitadas ni las más leídas. El arte y la cultura deben valorarse por aspectos que no tienen que ver con una cuestión meramente cuantitativa, si no con aspectos relacionados con la calidad y la oportunidad.
¿Algún deseo a cumplir para el 50 aniversario? Que el IVAM sea, como lo es en estos momentos, un museo de referencia obligada en España y en el sur de Europa para entender el arte y la cultura de su tiempo. Y, personalmente, que las próximas generaciones valoren nuestro trabajo actual como una labor que ayuda al museo a consolidarse como un museo importante del siglo XXI.