FOTO: © José Zapata
La música clásica es un tesoro cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos, sin embargo, detrás de cada obra hay compositores y jóvenes talentos trabajando por hacer oír su voz. En este contexto, nace Camerata Garnati, una orquesta de cámara que busca dar voz a autores e intérpretes que no tienen el reconocimiento que merecen. Sus pilares fundamentales se asientan en el impulso a jóvenes músicos, la investigación musical y la difusión de un repertorio todavía desconocido.
Pablo Martos es violinista, compositor y director de orquestra. Su espíritu inquieto y creador, le ha llevado a impulsar diferentes proyectos como la Garnati Ensemble de la que es fundador junto a su hermano Alberto Martos. Pablo nos explica que la creación de la Camerata Garnati surge de la preocupante falta de inserción laboral en la que se encuentran músicos intérpretes de gran calidad: “Desde mi experiencia como catedrático de violín en el Conservatorio Superior de Granada, he podido observar cómo numerosos alumnos finalizan sus estudios de grado, en ocasiones continúan su formación en entidades de prestigio en el extranjero, y al regresar a su país, no encuentran una institución para desarrollarse profesionalmente.”
A esta inquietud se le añade su compromiso con el talento joven: “siempre he creído en que el valor joven era importante y necesario para avanzar en los distintos lenguajes estéticos e interpretativos, para ofrecer el arte de la interpretación de la música clásica desde nuevos enfoques y propuestas.” Además, gracias a su labor como investigador doctor y colaboraciones con entidades como Oe Oficina, o el ICCMU, descubrió obras de gran calidad del patrimonio musical de nuestro país que tal y como nos explica: “podrían aportar nuevas propuestas a las programaciones habituales provocando en el público la curiosidad por conocer el patrimonio musical que da identidad a su propia historia.”
El trabajo realizado con esta iniciativa aporta a cada joven músico las herramientas necesarias, tanto formativas como de experiencia profesional, para establecer un puente real entre los estudios y el mercado laboral a través de becas formativas subvencionadas por la propia orquesta. Pablo nos explica que el perfil que se ha buscado para la Camerata Garnati ha sido el de “intérpretes con flexibilidad dispuestos a interpretar fundamentados en una filosofía muy concreta.” Se trata de “jóvenes que siendo ya profesionales y habiendo finalizado sus estudios aún no están integrados en el mercado laboral. La plantilla se complementa con otros profesionales de mayor recorrido artístico que les asesoran.”
Los talentos becados reciben clases instrumentales impartidas por solistas de la orquesta, así como del propio Pablo Martos, director titular, y participan de manera activa en los ensayos, teniendo la oportunidad de trabajar un repertorio todavía desconocido.
El pasado 22 de septiembre los 15 jóvenes músicos becados, además de otros intérpretes de mayor recorrido, realizaron un concierto en el teatro Isabel la Católica. Su propuesta titulada “La orilla del mundo” comenzó con una obertura barroca del compositor español García Fajer, compuesta en estilo italiano, y continuó con la interpretación del «Otoño» de Vivaldi, para dar la bienvenida a esta nueva estación con una de las obras más emblemáticas de la historia de la música.
Pablo destaca que el concierto “supuso un gran logro debido al nivel artístico obtenido y a la repercusión social del mismo. Muchos asistentes manifestaron su entusiasmo, no solamente con los aplausos, sino en los saludos a los intérpretes después del concierto. Nos decían que les pareció emocionante asistir a un estreno mundial como fue la obra de José Luis Greco y que fuera música que les tocaba el corazón, hecho que no siempre es usual en la creación contemporánea. Otros remarcaron lo interesante que era conocer compositores españoles desconocidos siendo un aporte totalmente novedoso.”
En cuanto a la mejora artística de los becados, Pablo añade que “ha sido verdaderamente remarcable. Se ha podido comprobar que fuera de un entorno académico y trabajando directamente en un entorno profesional el progreso ha sido exponencial”.
Lucía Fornell, violín segundo en Camerata Garnati, nos comparte como fue su experiencia: “el hecho de que seamos un grupo relativamente pequeño hace que podamos trabajar cosas concretas, incluso fuera de la partitura, fuera de la música, tratando conceptos filosóficos, conceptos musicales, que son super enriquecedores para personas como yo que hemos acabado nuestra formación académica oficial”. Por su parte, Blanca Martín, violinista de la formación, añade que “A diferencia de otras agrupaciones, también se trabaja de una forma individualizada que supone una oportunidad única.”
Esta iniciativa no solo se preocupa por la música, sino que también tiene un fuerte compromiso social y educativo. Camerata Garnati se convierte en una herramienta para desarrollar proyectos solidarios y sostenibles, comenzando con la formación de estos jóvenes músicos y estableciendo colaboraciones con diversas ONGs.
Desde la Fundación Banco Sabadell, no dudamos en sumar fuerzas con este proyecto, por su labor en la promoción de la música clásica y la inclusión de jóvenes talentos en el mundo de la interpretación musical.